En varios puntos de Francia han estallado disturbios en el marco de las protestas contra la reforma de jubilaciones. En París, Rennes, Nantes y Lorient, manifestantes y policías se enfrentaron en la mayor jornada de movilización contra la nueva norma.
La Policía hizo uso de gases lacrimógenos y cañones de agua para repeler a los manifestantes en la ciudad de Rennes, así como en Nantes, donde recibieron proyectiles. En Lorient, algunos manifestantes atacaron la subprefectura y una comisaría, e incendiaron los alrededores.
Más de 250 protestas tuvieron lugar ayer en Francia. La de París contabilizó 800 mil personas, según la Confederación General del Trabajo (CGT), una cifra récord desde que empezó la movilización en diciembre. La segunda mayor tuvo lugar el 7 de marzo y reunió a 700 mil manifestantes.
En la capital, varios autos, basuras y barricadas fueron incendiados. La Policía realizó arrestos. 12 mil uniformados han sido desplegados en todo el país, de los cuales 5 mil en París, una cantidad nunca antes alcanzada desde el inicio de la movilización en diciembre pasado.
La red de trenes se mantuvo perturbada y una treintena de estaciones de metro cerró durante toda la jornada. El Ministerio de Transición energética informó que debido al bloqueo de las refinerías había riesgo de escasez de keroseno en los aeropuertos parisinos.
Entre tanto, el presidente Emmanuel Macron se resiste a cualquier tipo de modificación o diálogo con los sindicatos después de haber aprobado la enmienda por medio de un decreto de ley y sin haber sido votada en la Asamblea Nacional, la Cámara Baja del Parlamento.