
Por tercera edición consecutiva Suiza superó la fase de grupos, se situó en los octavos de final de un Campeonato del Mundo y se convirtió en el rival de Portugal, después de superar por 2-3 a la selección de Serbia, que sigue sin lograr derribar la ronda inicial de un gran torneo.
El equipo balcánico, por tercera vez en una fase final de un Mundial, se dejó gran parte de sus opciones en el compromiso ante Camerún, que le llevó a esta tercera jornada sin margen de error, obligado a ganar a Suiza, para el que bastaba un empate. Lo logró con creces y con cierta superioridad.
No hubo tregua en ningún momento. La clasificación estaba en juego. No era poca cosa para dos selecciones que pretenden agrandar su recorrido en este torneo. El juego fue a tumba abierta. Sin especular.
Después de convertir sus tantos, Suiza no vio peligro a su clasificación. Serbia se enredaba en acciones precipitadas sin destino y acabó desquiciada, tensionada en los minutos finales pero sin octavos.
Vía: Página Siete