En las últimas semanas a las puertas del Banco Central de Bolivia y de las casas de cambio para comprar dólares, motivados por la escasez de la moneda estadounidense en el país por la caída de las reservas internacionales. La corrida generalizada rápidamente provocó un faltante de liquidez en moneda extranjera en la mayor parte de los bancos privados.
Este episodio saca a la luz algunas de las debilidades más importantes del sistema que mantiene el gobierno del presidente Luis Arce. Las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia descendieron de 15.123 millones dólares en 2015 a sólo 3.538 millones en febrero de este año, de los cuales apenas 302 millones están en divisas.
El portavoz Presidencial, Jorge Richter, señaló que “Bolivia está enfrentando, en estos momentos, una iliquidez de dólares, de divisas para las operaciones de importación y exportación”. Además, advirtió a quienes compran dólares “imaginando que el precio de éste va a subir” pues harán un “mal negocio” porque “no hay, en el futuro inmediato, posibilidad alguna de que puedan obtener ventaja económica, porque el precio de la divisa no se va a mover hacia arriba, como están pensando algunos y también están generando esa sensación”.
El Banco Central de Bolivia respondió a la situación habilitando la venta directa de dólares a través del tipo de cambio oficial y libre, para agilizar las operaciones y disminuir la presión sobre los bancos privados hasta tanto puedan hacerse de liquidez. Así, el último viernes el Gobierno anunció la inyección de más de USD 540 millones con la liberación del encaje legal que habilitó de USD 240 millones y con los Derechos Especiales de Giro (DEG) por USD 300 millones, afirmó Richter.