
Durante la homilía de este domingo, Monseñor Sergio Gualberti, recordó que el Hijo de Dios que no tiene pecado y fue enviado para liberarnos del mal, mezclándose con los pecadores y se solidariza con la condición humana para redimir el pecado.
Se manifestó de esa manera, al señalar que la mayoría de la población se siente desamparada y sufre por una administración de la justicia parcializada y servil a los intereses de los poderes de turno.
Dios quiere que todos tengamos una vida digna en este mundo y que gocemos de su paz por toda la eternidad, gracias a Jesús el “Siervo del Señor” en el que se manifiesta la misericordia de Dios en el respeto a la libertad y la conciencia de las personas reflexionó el prelado.
En ese sentido, el Monseñor Gualberti, llamó a las autoridades y la misma ciudanía a meditar sobre sus acciones y recomendó practicar la justicia y el derecho, un compromiso para lograr un mundo distinto donde prevalezca la unidad y el bien común.