Mientras navegaba por una página de alquileres en la Ciudad de Buenos Aires, B.J., una joven de 20 años, había encontrado en los últimos días un departamento sobre la calle Estados Unidos de esta ciudad, que la convenció. Así, que se puso en contacto con los supuestos propietarios y pactó con ellos una reunión para definir los términos del contrato. El encuentro se produjo en la Plaza Flores, en donde la joven entregó $45.000 a modo de anticipo, quedando pendiente el pago de otros $50.000 para concluir la operación y poder así habitar el inmueble.
Sin embargo, durante la reunión B.J. empezó a sospechar de que algo no estaba bien. Los presuntos locadores parecían no conocer el ritual propio de los contratos de alquiler y ella comenzó a dudar de su legitimidad.
Es entonces que el domingo pasado fue hasta el departamento en cuestión y comprobó que estaba ocupado por sus dueños y que había sido víctima de un engaño. Tras ello, se dirigió a la Comisaría Vecinal 3B de la Policía de la Ciudad y radicó una denuncia por estafa.
Los policías habían montado un dispositivo de seguridad para impedir su fuga, como así también para asegurar la integridad de la damnificada. Los imputados cayeron en la trampa y fueron detenidos inmediatamente. El sospechoso tenía un teléfono celular, que quedó secuestrado.
Al momento de la identificación, los oficiales advirtieron que ambos detenidos tenían pedidos de captura vigentes por el mismo delito de estafa en distintas provincias. En el caso del sospechoso, se trataba de un requerimiento del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 44 y en el de la mujer, del Juzgado de Garantías N° 1 de Villa Mercedes, en San Luis. Ahora, por este caso, también quedaron a disposición del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 5 dirigido por el juez Manuel de Campos.