La delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que llegó a Bolivia cerró su visita después de escuchar la versión oficialista acerca del cumplimiento de sus recomendaciones emitidas tras la crisis política de 2019, pero también recibió la versión de las víctimas de la injerencia gubernamental en la justicia.
Sin embargo este hecho no fue bien visto por el ex defensor del pueblo Waldo Albarracín, quien considera que esa acción puede ser interpretada de forma negativa porque es probable que no se haya brindado toda la información requerida sobre la defensa de los Derechos Humanos.
Recordó que es obligación del gobierno y del Estado responder no solo a sus pueblos pero también debe hacerlo ante los organismo internacionales.
Sobre la incidencia que pueda tener los resultados de esta visita, Albarracín sostuvo que la simple presencia de la CIDH en cualquier territorio, influye para que los gobierno se limiten en esa tención de vulnerar derechos humanos y de la sociedad civil. Se genera también una especie de indefensión, acotó.