
La Paz, 27 de junio.- En plena calle y detrás de una mesa improvisada, Amparo Carvajal y su equipo de defensores de derechos humanos no han cesado su labor y continúan recibiendo denuncias de la ciudadanía que busca apoyo; mientras que las puertas de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB) -tomadas de forma violenta por el grupo de Edgar Salazar, afín al MAS- están cerradas y los protagonistas del hecho no brindan ningún tipo de servicio.
“Aquí está el libro de la gente que viene, está con casos y con número, se abrió desde que estoy aquí. Estamos atendiendo varios casos, incluso vinieron de Guayaramerín, aquí está todo”, indicó la presidenta de la APDHB, Amparo Carvajal, quien cumplió 25 días de vigilia.
Este 26 de junio sumó 25 días instalada en la parte trasera de la sede de la Asamblea y aún no hay miras de una solución, luego de que la jueza de la Sala Constitucional Cuarta de La Paz denegó la acción de amparo constitucional presentada por la presidenta de la APDHB, bajo el argumento de que no le compete reconocer quién es la cabeza de esa institución.
“Esto es muy duro, por no decir muy recordatorio de lo que vi pasar a muchos presos y detenidos del peor momento de la dictadura (…) Han venido los bomberos a verme, he tenido las piernas muy hinchadas, ha salido mucho líquido, los bomberos me dicen que tengo bien el sistema del aire y digo: sí aquí respiro mejor que la puerta de la 6 de Agosto”, dijo Carvajal.
El asistente de la oficina de la APDHB, Armando Camacho, manifestó que algunos policías mandan a las personas a la parte trasera de la sede, porque allí está Carvajal, quien puede recibir la denuncia, porque las oficinas están cerradas y nadie puede entrar.
“En este libro de actas hemos podido anotar algunas denuncias y quejas que han ido dejando las personas, aquí tenemos algunos casos que nos han traído, de la cárcel de San Pedro tenemos dos casos, y a veces vienen a pedir respuesta de casos (…) La otra parte (de Salazar) dice ‘justicia para los de Sacaba, Senkata’, ¿qué justicia van a hacer con las puertas cerradas?”, sostuvo.
Camacho aseguró que muchas personas, al ver la Asamblea cerrada y resguardada por policías, se van frustradas.
“Al ver esta situación, seguramente estas personas que necesitan apoyo ya no van a volver. Nosotros sólo damos asesoramiento, no brindamos abogados porque nuestros abogados son voluntarios, pero el simple hecho de que escuches a una persona que tiene su problema, le alivias su dolor y eso nos da mucha pena, ver tanta pena que se está yendo”, agregó.
Entre tanto, la salud de Carvajal se deteriora, “pese a que es y siempre fue una mujer fuerte, de extremo valor, que desde hace 50 años defendió los derechos de miles de perseguidos en Bolivia y hoy lo continúa haciendo”, señalan las personas que la acompañan.
“Sra. Amparo: Qué honor escribir en sus páginas y sumarme un poquito a esta lucha incansable que usted ha tenido que enfrentar en nuestro país. Dios la llene de su presencia y fortaleza y siga al frente de esta lucha por la libertad y democracia”, escribió Carola F. en el acta de la Asamblea.
Vía: Página Siete